CÍRCULO DE SILENCIO en solidaridad con los inmigrantes (abr. 25)


Discapacidad. Local accesible a personas con movilidad reducida.

CÍRCULO DE SILENCIO
en solidaridad con los inmigrantes
– 4.4.25 en Callao (Madrid) de 20.30 a 21.30 –

CÍRCULO DE SILENCIO en solidaridad con los inmigrantes.

Porque los delegados de migraciones de la Iglesia española acordaron que lo celebraran, en una u otra forma, todas las diócesis (más explicación y materiales en esta entrada).

Porque se está atentando contra la dignidad de las personas migrantes.
Porque sigue habiendo muertes injustas, fronteras fortaleza.
Porque los medios de comunicación y nuestros políticos manipulan el significado de nuestro vocabulario y de muchas conciencias.
¡Seguiremos denunciando toda ley y acto contra las personas migrantes!

¿Qué son los Círculos de Silencio?

  • Una acción NO VIOLENTA en solidaridad con las personas inmigrantes y de reivindicación de los derechos de todas las personas. Defendemos la noviolencia como el camino a seguir y a descubrir, que ponga siempre la conciencia por encima de la ley.
  • En Madrid se celebran desde 2011.
  • Información detallada en la web de Círculos de Silencio.

La realidad migratoria, SIGNO DE LOS TIEMPOS (Rufino G., delegado Migraciones)

Rufino García, delegado de Migraciones de Madrid
LA REALIDAD MIGRATORIA: UN SIGNO DE LOS TIEMPOS

Ofrecemos el muy interesante artículo de fondo «La realidad migratoria: un signo de los tiempos», escrito por Rufino García -delegado de Pastoral de Migraciones de nuestra archidiócesis de Madrid- siguiendo el proceso de Ver-Juzgar-Actuar. Se ha publicado en el nº 109 (ene.-mar. 2025) de la revista SIGNO, editada por Acción Católica General.

Puedes leerlo aquí abajo o descargarlo en PDF pulsando aquí.

Córdoba: «NO ES HUMANO NI CRISTIANO criminalizar a los migrantes»

«NO ES LEGÍTIMO, NI HUMANO, NI CRISTIANO, CRIMINALIZAR A LAS PERSONAS MIGRANTES SIN PAPELES»
La Delegación diocesana de Migraciones de Córdoba y el Secretariado para la Pastoral del Trabajo denuncian esta situación

Migración. "Sin papeles".Ante la situación de sufrimiento, miedo y ansiedad que muchas hermanas y hermanos nuestros inmigrantes, especialmente sin documentación regularizada, están sufriendo por las actuales leyes de extranjería y por los estados de opinión que se están difundiendo contra ellos y que están calando en muchos sectores de nuestra sociedad, la Delegación diocesana de Migraciones y el Secretariado diocesano para la Pastoral del Trabajo de la diócesis de Córdoba, siguiendo al Papa Francisco en su carta a los obispos norteamericanos [todas las citas textuales entrecomilladas de esta declaración están tomadas de la Carta del Papa Francisco a los obispos norteamericanos con fecha del 10 de febrero de 2025, puede verse, junto a otros documentos, en este enlace], manifestamos [pulsa aquí para PDF con el comunicado]:

1. Toda persona tiene una dignidad infinita y trascendente, por tanto, inviolable, esté o no en situación regular. “…Cuando hablamos de dignidad infinita y trascendente, queremos subrayar que el valor más decisivo que posee la persona humana, rebasa y sostiene toda otra consideración de carácter jurídico que pueda hacerse para regular la vida en sociedad. Por lo tanto, todos los fieles cristianos y los hombres de buena voluntad, estamos llamados a mirar la legitimidad de las normas y de las políticas públicas a la luz de la dignidad de la persona y sus derechos fundamentales, no viceversa”.

2. No es legítimo, ni humano, ni cristiano, criminalizar a las personas migrantes sin papeles, que, en la gran mayoría de los casos, vienen buscando trabajo a fin de construir un futuro mejor para sus familias y poder regularizar su situación. Trabajo que, en muchas ocasiones y ante las condiciones en que se oferta, no quieren los trabajadores locales. “La conciencia rectamente formada no puede dejar de realizar un juicio crítico y expresar su desacuerdo con cualquier medida que identifique, de manera tácita o explícita, la condición ilegal de algunos migrantes con la criminalidad”.

3. Nuestro país, como todos, tiene el deber y la obligación de regular de manera ordenada y legal los flujos migratorios, pero no lo puede hacer con políticas restrictivas de cierre de fronteras, que seleccionan a las personas y discriminan a las familias más vulnerables y empobrecidas, condenándolas a no emigrar o a hacerlo en situación irregular. “Un auténtico estado de derecho se verifica precisamente en el trato digno que merecen todas las personas, en especial, los más pobres y marginados. El verdadero bien común se promueve cuando la sociedad y el gobierno, con creatividad y respeto estricto al derecho de todos (…), acogen, protegen, promueven e integran a los más frágiles, desprotegidos y vulnerables. Esto no obsta para promover la maduración de una política que regule la migración ordenada y legal. Sin embargo, la mencionada “maduración” no puede construirse a través del privilegio de unos y el sacrificio de otros. Lo que se construye a base de fuerza, y no a partir de la verdad sobre la igual dignidad de todo ser humano, mal comienza y mal terminará”.

4. Estos estados de opinión que se difunden contra la población inmigrante en situación irregular, en muchas ocasiones bajo bulos o medias verdades, crean un rechazo indiscriminado, promoviendo el odio y el terror, llevando al no reconocimiento de su sagrada dignidad y no acogiéndolas y sintiéndolas como hermanas, hijas de un mismo Dios. Hecho que devalúa también la dignidad de las personas que las rechazan y las criminalizan. “Los cristianos sabemos muy bien que, solo afirmando la dignidad infinita de todos, nuestra propia identidad como personas y como comunidades alcanza su madurez. (…) La persona humana es un sujeto con dignidad que, a través de la relación constitutiva con todos, en especial con los más pobres, puede gradualmente madurar en su identidad y vocación.”

5. Por ello, queremos mostrar nuestro apoyo y solidaridad con todas las personas migrantes, tengan o no papeles. La Iglesia hemos de ser comunidad que acoge, protege, promociona e integra a toda persona, especialmente a las más débiles y vulnerables; también, comunidad que denuncia proféticamente toda iniciativa que no reconoce la sagrada dignidad que le confiere a la persona ser hija de Dios. “Exhorto a todos los fieles de la Iglesia católica, y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad, a no ceder ante las narrativas que discriminan y hacen sufrir innecesariamente a nuestros hermanos migrantes y refugiados. Con caridad y claridad todos estamos llamados a vivir en solidaridad y fraternidad, a construir puentes que nos acerquen cada vez más, a evitar muros de ignominia, y a aprender a dar la vida como Jesucristo la ofrendó, para la salvación de todos.”

Córdoba, 27 de febrero de 2025

MARRUECOS Y MAURITANIA en la mirada de sus Cáritas nacionales


Discapacidad. Local accesible a personas con movilidad reducida.

Cáritas Madrid
MARRUECOS Y MAURITANIA EN LA MIRADA DE SUS CÁRITAS NACIONALES

Charla presencial — martes 11.3.25 de marzo de 2025 — 17:00 a 18:30 — Centro de Estudios Sociales de Cáritas Madrid (en la c/ Santa hortensia, 3. Madrid) — INSCRIPCIÓN -> pulsa aquí.

ACTUALIZACIÓN 13.3.25 (página publicada el 8.3.25).- Crónica y fotos: pulsa este enlace.

Cáritas MarruecosEn el contexto actual de la movilidad humana, nos centraremos en la experiencia de las Cáritas nacionales de Marruecos y Mauritania, dos países clave en los procesos de tránsito migratorio. A través de las voces de quienes acompañan directamente a las personas migrantes en estos territorios, profundizaremos en la realidad social, económica y política que enfrentan las personas que se ven obligadas a desplazarse.

Cáritas MauritaniaUno de los objetivos fundamentales de la ponencia será visibilizar las dificultades y obstáculos que atraviesan las personas migrantes en los países de origen. Además, reflexionaremos sobre las causas estructurales que dan origen a estos procesos de movilidad forzada, como la pobreza, la violencia y la falta de oportunidades en muchas regiones del mundo.

A través de este espacio, también se brindarán herramientas y reflexiones para promover un acercamiento positivo y constructivo hacia las personas que han vivido experiencias de migración forzada, aprendiendo cómo acompañarlas de manera respetuosa y digna en su proceso de adaptación y reintegración.

Día de la Mujer 2025 – Empleadas de Hogar internas.

DÍA DE LA MUJER: LAS EMPLEADAS DEL HOGAR INTERNAS
8 de marzo de 2025

Ana María Ortiz para El Mundo de 6.3.25.


SON UNAS 40.000 MUJERES Y LA MAYORÍA EXTRANJERAS: «HAY QUE ABOLIR EL RÉGIMEN DE EMPLEADA DEL HOGAR INTERNA»
En la previa al 8-M, escuchamos a uno de los colectivos más vulnerables, las trabajadoras domésticas: «Se creen que somos todólogas. Te limpio, te cocino, te paseo al perro y le cambio el pañal al abuelo
«

Fue un domingo del año 2005. No se sabe exactamente la fecha, pero sí que era domingo puesto que es el único día en el que libraban las empleadas del hogar internas. Un grupo de ellas solían pasar su única jornada de descanso en el parque de Peñuelas, ubicado en el distrito de Arganzuela, en Madrid. Estaban Beatriz, Gladys, Marlene… Siete mujeres en total, todas migrantes, la mayoría colombianas.

«Allí, en el parque, además de intercambiar tips de qué pasa si un vino se derrama en la camisa, cómo se plancha esta ropa o cómo se hacen las lentejas, comenzaron a hablar de su situación: ‘Pues a mí me pagan más que a ti, pues mi empleador me dice que tengo que hacer esto…’. Se dieron cuenta de que si no conocían las leyes iban a estar oprimidas y empezaron a informarse de sus derechos… Como que despertaron».
LAS EMPLEADAS DEL HOGAR INTERNAS. SON UNAS 40.000 MUJERES Y LA MAYORÍA EXTRANJERAS.
En aquel parque las siete internas decidieron crear Servicio Doméstico Activo (Sedoac), formada por mujeres migrantes trabajadoras del hogar. Y años después la asociación alumbraría el centro en el que nos encontramos, situado en el madrileño barrio de Usera. Según una estadística del Ayuntamiento de 2018, el 17% de las mujeres de este distrito que entonces tenía un empleo formal (4.561) eran empleadas del hogar.

Preside la fachada del local un enorme letrero de no menos de 30 metros de largo: «Centro de Empoderamiento de Trabajadoras del Hogar y Cuidados» (Cethyc). Bajo él hay varios murales, en los que se ve a una mujer con el cepillo y el cubo de la fregona, a otra atendiendo a un anciano, a un grupo sujetando una pancarta: «Reivindicamos la igualdad plena de derechos, condiciones de trabajo justas y dignas».

Hasta aquí hemos acudido en la previa del 8-M para palpar la situación de uno de los colectivos más vulnerables del sector laboral: es el que mayor porcentaje de empleadas mujeres tiene, con un enorme peso de las migrantes y de quienes trabajan irregularmente, sin contrato ni cotización a la Seguridad Social.

Nos atiende Edith Espínola, paraguaya de 46 años, la mujer que ha contado antes como nació Sedoac en un parque. Edith trabaja ahora como directora del centro, pero durante ocho años fue empleada doméstica, cuatro de ellos interna, por el salario mínimo y sin contrato.

«Me levantaba a las seis de la mañana y me acostaba a las once de la noche porque tenía que recoger la cena y dejar la mesa puesta para el desayuno. Los viernes estaba hasta las dos de la madrugada porque los empleadores salían y me dejaban con los niños. Si se iban de fin de semana, yo me quedaba a hacer limpieza extra. Y esto se dio en todos mis trabajos a excepción del último, que fue de externa con la persona que me hizo los papeles», cuenta en la cocina del Cethyc mientras le da sorbos a una infusión de mate.

Aquí imparten talleres de cocina española para que las migrantes aprendan a elaborar los platos locales; se les muestra cómo funciona el lavavajillas, la vitrocerámica o el sistema de reciclaje; les explican que no se puede mezclar el amoniaco y la lejía, les enseñan cómo cuidar a un adulto mayor o les dan asesoría legal.

En una pared de la cocina hay pegados un montón de post-it con mensajes de las usuarias: «Para mí, mi entusiasmo, mi mayor motivación, es aprender a cocinar la comida española y desempeñar nuestro trabajo con mucha experiencia», «sueño estar en mi país con mi ama», «conseguir un justo empleo y que mis hijos hayan terminado sus objetivos».

Desde que en mayo de 2019 se fundó el centro, por aquí han pasado entre 1.850 y 2.200 personas cada año, de las que unas 600-700 (el 42% internas) han recibido atención individualizada. Sus datos y circunstancias se han plasmado en un informe que bien sirve como radiografía del sector.

Fijémonos en el último año que recoge, 2022. El 95% de las personas atendidas en el Cethyc ese año fueron mujeres, mayoritariamente peruanas (38%), seguidas de ecuatorianas, colombianas, paraguayas, salvadoreñas, bolivianas, hondureñas y brasileñas. El 58% eran mayores de 50 años (el 15% tenía más de 65) y sólo el 60% tenía DNI o NIE, lo que quiere decir que el 40% estaban en situación irregular, sin papeles. Sobre sus estudios: universitarios, el 16,7% (eran 21% el año anterior); FP, el 16,7%; y Secundaria, el 56,9%.

A propósito del alto número de universitarias, Edith Espínola recuerda el caso reciente de una médica cubana. «Era especialista en cuello uterino y estaba trabajando de interna. No le permitían comer en la casa y tenía que llevar su comida. Era eso o vivir en la calle. Hace un año y medio salió, regularizó su situación y está trabajando en una mutua».
LAS EMPLEADAS DEL HOGAR INTERNAS. SON UNAS 40.000 MUJERES Y LA MAYORÍA EXTRANJERAS.
Para obtener una visión general del sector, saber cuántas personas trabajan como empleadas del hogar, hay que recurrir a la Encuesta de Población Activa (EPA) y a las estadísticas de la Seguridad Social. Y ahí encontramos el descuadre. Mientras que en la EPA -datos del último trimestre de 2024- 567.900 personas declaraban que trabajaban como personal doméstico, en la Seguridad Social, en diciembre del mismo año, sólo estaban dadas de alta 352.760.

Del desfase, asociaciones y sindicatos concluyen lo lógico: las 217.140 personas de diferencia (el 38,23%, más de un tercio) están trabajando en la economía sumergida, sin cotizar.

No hay datos oficiales de cuántas internas hay. El citado informe del Cethyc recoge la cifra de 40.000 citando a la ONG Intermón Oxfam y apunta que la experiencia de las asociaciones indica que el dato podría ser mayor. Son las más vulnerables dentro de las vulnerables.

«El propio trabajo de interna te aísla porque no tienes compañeros. Vives allí, duermes allí y sales solo unas horas libres a la semana, como un preso. No es lo mismo trabajar en una empresa de 100 personas que ser tú solita la que tengas que ir a denunciar. Algunas nos dicen: «Es que me han dicho que si no me voy, van a contar que yo robé». Siempre el empleador suele tener poder sobre el trabajador, pero en el empleo doméstico esto es estructural y sistémico. Tú eres un objeto y deciden sobre tu vida y circunstancias. Y si estás indocumentada es aún peor: explotación hasta violenta en muchos casos2, dice Edith.

Ahonda en las adversidades a las que se enfrentan las internas explicando sus dificultades para obtener el empadronamiento. «Como a una amplia mayoría, hasta el 70%, no las dejan empadronarse en su lugar de trabajo, alquilan una habitación para poder acceder al médico o a renovar su documentación. Sin padrón no existen«.

Y pone sobre la mesa la práctica ilegal a las que algunas están recurriendo: «Compran el empadronamiento. Según varias asociaciones, hay gente que está cobrando entre 200 y 300 euros, y hasta 600, sólo por empadronar a una interna, sin tener derecho a vivir o usar el sitio». Es por todas estas circunstancias y otras muchas por las que Edith concluye: «Hay que abolir el régimen de interna».

El sábado no irán a ninguna de las dos manifestaciones en las que se dividen las mujeres el 8-M. «Las compañeras han decidido hacer una actividad de cuentacuentos en la que se recordará por qué se celebra este día», dice Edith, quien añade que ni la Comisión 8M ni el Movimiento Feminista de Madrid se posicionan -«o lo hacen de forma tibia»- sobre la situación de las internas: «Si luchas por la igualdad pero no exiges la eliminación del régimen de interna… Eso no es igualdad, pero esto es una reflexión sólo mía», dice Rafaela.

No son partidarias de la abolición sin embargo las mujeres de Territorio Doméstico, asociación hermana de Sedoac pese a esta discrepancia. Para charlar con su portavoz, Rafaela Pimentel, acudimos al barrio de Carabanchel, donde vive.

Tras 33 años como trabajadora doméstica externa -los 29 últimos con la misma familia y legalmente contratada- ha tenido que dejarlo por los problemas que las tareas le han provocado en un brazo y que la han llevado al quirófano. Ya puede peinarse, por ejemplo, pero no planchar tres horas. Le han denegado la incapacidad total y sólo le dan ocho meses de paro con 27 años cotizados. Ha puesto el caso en manos de un abogado. Tiene 64 años.

«No somos partidarias de la abolición del régimen de interna porque cuando surgió este debate hicimos unas jornadas con las compañeras internas y muchas decían: «Si este trabajo tuviera las condiciones que tiene que tener un trabajo, yo lo haría». Lo que hay que hacer es garantizar sus derechos», opina Rafaela, que mañana acudirá con Territorio Doméstico y gafas y peluca a la manifestación de la Comisión 8M. Empezaron a disfrazarse en 2008, cuando asistieron a la primera marcha, porque muchas temían que los jefes las reconocieran. Mantienen la tradición.

Territorio Doméstico tiene además un disco editado con canciones como Adelita: [Cántese con la melodía de Si Adelita se fuera con otro] «Si Adelita tuviera un contrato/ sus papeles podría arreglar/ Adelita 10 años currando/ pero sigue siendo ilegal».

Sí coinciden con Sedoac en otras muchas reivindicaciones. En 2011 ya consiguieron que la Seguridad Social creara el Sistema Especial para Empleados del Hogar, explican, tener bajas laborales como cualquier trabajador o un contrato por escrito. En 2022, lograron la prestación por desempleo y el fin del despido por desistimiento, es decir que el empleador pudiera poner fin a la relación laboral sin aviso ni justificación alguna. Edith recuerda el caso de una compañera ecuatoriana despedida sin aviso en Nochebuena que tuvo que irse a vivir al aeropuerto.

«Pedimos estar en el Régimen General de la Seguridad Social, como los demás trabajadores, y que haya políticas públicas de cuidados, para que no seamos las mujeres migrantes empobrecidas las que sostengamos el sistema de cuidados», dice Rafaela Pimentel, quien también reclama que haya inspecciones laborales o el reconocimiento de las enfermedades propias del empleo.

«Se debería categorizar el trabajo del hogar y que los cuidados estén aparte», dice Edith. «Lo que no se puede permitir es que la trabajadora del hogar lo haga todo, pase a ser una todóloga: te limpio, te cocino, te plancho, te paseo al perro, hago de profesora de los niños y además le cambio el pañal al abuelo por un precio de risa».