Carta de nuestro arzobispo: Salvar vidas y construir futuro

Carta de nuestro arzobispo
SALVAR VIDAS Y CONSTRUIR FUTURO
– 21 de abril de 2021 –

MIG Niño abrazadoHace unos domingos estuve celebrando la Eucaristía en una parroquia en un barrio con una gran presencia de migrantes, fundamentalmente de Iberoamérica y algunos de África. Prácticamente la totalidad del templo estaba lleno de cristianos de esos lugares. Al finalizar la Misa, me fijé en una cruz de madera sencilla y, en un acto intenso y repleto de emoción, recordé aquella famosa Cruz de Lampedusa, construida con los maderos de una patera naufragada en el mar Mediterráneo. Pensé que esas buenas personas llegaron buscando un futuro mejor para ellas y sus familias. Vi a padres, hijos y abuelos, con todos los riesgos que corrieron hasta llegar aquí y con tantas personas y recuerdos que dejaron en sus países de origen. Y me vino a la mente aquella imagen del Papa Francisco cuando bendijo la Cruz de Lampedusa y nos pidió que la hiciésemos circular por todo el mundo para recordar a los que han perdido la vida en la aventura migratoria y, sobre todo, como llamamiento urgente para evitar la repetición de estas tragedias inasumibles. Al salir saludé a una familia; estaban los padres y cuatro niños, y les dije: «Haced circular vuestra fe en este nuevo ambiente en el que vivís. Mostrad que estáis entre nosotros para buscar un futuro mejor para toda la familia, pero que lo hacéis integrándoos en la comunidad cristiana y que contáis con la vida que os ha regalado Jesucristo».

Al hilo de este encuentro, quiero proponeros que nos hagamos las mismas preguntas que el Papa Francisco pronunció cuando se dirigía a toda Europa para hablar de los migrantes. Nos interpelaba con estas palabras de la Sagrada Escritura: «“¿Dónde está tu hermano?”, la voz de su sangre grita hasta mí, dice Dios. Esta no es una pregunta dirigida a otros, es una pregunta dirigida a mí, a ti, a cada uno de nosotros. Esos hermanos y hermanas nuestras intentaban salir de situaciones difíciles para encontrar un poco de serenidad y de paz; buscaban un puesto mejor para ellos y para sus familias, pero han encontrado la muerte. […] En este mundo de la globalización hemos caído en la globalización de la indiferencia. ¡Nos hemos acostumbrado al sufrimiento del otro, no tiene que ver con nosotros, no nos importa, no nos concierne!».

De acuerdo con Naciones Unidas, en 2020 había 280,6 millones de migrantes internacionales. Estos flujos pueden ser una gran oportunidad y riqueza para nuestra sociedad, pero también plantean interrogantes en las relaciones internacionales, en la gestión de la diversidad dentro de nuestras sociedades y en la manera que tenemos de dar una respuesta clara a las situaciones dramáticas de muchas familias que llaman a nuestras puertas. Las migraciones se han convertido en el rostro humano de la globalización, ¿cómo ha de vivir la Iglesia católica esta realidad?

En la Biblia hay experiencias migratorias, de exilio, de acogida y de hospitalidad. Los textos bíblicos nos presentan al Pueblo de Dios como un pueblo en continuo peregrinaje y a Abrahán, padre de grandes religiones, como un «arameo errante». Desde el comienzo de su pontificado, con palabras y hechos persuasivos, el Papa Francisco ha animado a la Iglesia a acompañar a todas las personas que se ven obligadas a huir de su hogar: estableció la Sección de Migrantes y Refugiados dentro del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, profundamente conmovido por el sufrimiento que la movilidad humana causa, y decidió guiar personalmente esta sección. En España, la Subcomisión Episcopal para las Migraciones y Movilidad Humana no cesa de sensibilizarnos, y está la Red Migrantes con Derechos, una respuesta global y coordinada de Iglesia a la realidad de las migraciones y el refugio en nuestro país. En Madrid instauré la Mesa por la Hospitalidad como órgano de coordinación y de concienciación eclesial y social.

En este sentido, es bueno recordar que el Papa Francisco nos pide a toda la Iglesia conjugar cuatro verbos, de los que en otras ocasiones os he hablado: acoger, proteger, promover e integrar a los migrantes y refugiados.

1. Acoger: abramos nuevos canales humanitarios seguros y legales para los migrantes y los refugiados. Cada uno de nosotros podríamos ser un emigrante. La decisión de migrar debería ser voluntaria. La migración misma debería ser segura, legal y ordenada. En ese sentido, los estados deberían prohibir cualquier forma de expulsión arbitraria y colectiva. Es necesario respetar el principio de no devolución. La Iglesia anima a los estados a adoptar una perspectiva de seguridad nacional que otorgue prioridad a la seguridad de las personas y a los derechos de todas las personas desplazadas que entran en su territorio, asegurándoles el acceso a los servicios básicos, facilitando procesos ágiles de identificación y de admisión a los solicitantes de asilo, y favoreciendo alternativas al internamiento de los extranjeros que intentan entrar en el territorio.

2. Proteger: garanticemos los derechos y la dignidad de los migrantes y de los refugiados. La Iglesia insiste en la necesidad de adoptar un enfoque integral e integrado, que sitúe a la persona humana en el centro, en todas sus dimensiones, con pleno respeto de su dignidad y sus derechos. El enfoque integral sigue siendo, sin lugar a dudas, la mejor manera de identificar y de superar los estereotipos peligrosos, evitando así estigmatizar a un individuo sobre la base de algunos elementos específicos y, en su lugar, tener en cuenta todos los aspectos y las dimensiones fundamentales de la persona entendida en su conjunto. Los migrantes, los solicitantes de asilo y los refugiados deben ser acogidos como seres humanos, respetando plenamente su dignidad y sus derechos, independientemente de su condición migratoria.

3. Promover: favorezcamos el desarrollo humano integral de los migrantes y de los refugiados. La Iglesia desea que los estados promuevan y preserven la integridad y el bienestar de la familia, así como de las personas con necesidades especiales, discapacidad o vulnerabilidad, independientemente de su condición migratoria; al tiempo que se adoptan leyes que faciliten la reunificación familiar, el acceso a la educación especial y a programas específicos para colectivos vulnerables. Animamos a adoptar políticas y prácticas que garanticen la libertad religiosa, en términos de profesión y de práctica, a todos los migrantes y refugiados.

4. Integrar: enriquezcamos a las comunidades mediante una mayor participación de los migrantes y los refugiados. La presencia de migrantes y de refugiados es una oportunidad para ampliar el horizonte humano en clave de integración e interculturalidad. Esto se aplica tanto a quienes son aceptados, que tienen la responsabilidad de respetar los valores, las tradiciones y las leyes de la comunidad que los acoge, como a la población autóctona, que está llamada a reconocer la contribución positiva que cada migrante puede hacer a toda la comunidad. Ambas partes se enriquecen mutuamente gracias a un proceso continuo de interacción y permeabilidad. Se pretende alcanzar la igualdad fundamental desde el respeto a la diferencia. Los desafíos que nos plantea nuestro mundo complejo e interconectado necesitan, hoy más que nunca, respuestas creativas, sostenibles y transformadoras. Desde esta pasión por el ser humano, fecundada por la Pasión del Señor Jesús, visibilizada en la cruz, con el Papa Francisco os digo que no nos dejemos llevar por «la civilización de la indiferencia». No perdamos «la gracia de llorar por la crueldad que hay en el mundo»; salvemos el valor supremo de la hospitalidad, que es fraternidad y que es decir con el Papa Francisco «todos hermanos».

Con gran afecto, os bendice,

+Carlos, Cardenal Osoro Sierra
Arzobispo de Madrid

Datos oficiales (España) de Protección Internacional: enero 2021

DATOS OFICIALES (España) DE PROTECCIÓN INTERNACIONAL
Ministerio del Interior – Enero 2021

Las imágenes que siguen muestran los datos provisionales sobre solicitudes de Protección Internacional que ha habido en España durante enero de este año. Estamos convencidos de que son más que sugerentes, y que ofrecen muchas pistas para el trabajo social y la intervención pastoral samaritana.

Y, por supuesto, para el conocer para transformar, y transformarse transformando.

Ministerio del Interior. Datos de Protección Internacional enero 2021.
Ministerio del Interior. Datos de Protección Internacional enero 2021.

Población de origen inmigrado – España 2020

POBLACIÓN DE ORIGEN INMIGRADO – ESPAÑA 2020
El Servicio Jesuita a Migrantes (SJM) publica otro año más el informe anual ‘Población de origen inmigrado en España, 2020’, elaborado bajo la dirección de Josep Buades Fuster.
Se trata de un análisis demográfico, a la luz de los datos oficiales, de población extranjera y nacida en el extranjero en España y su evolución durante la última década. Asimismo el informe se detiene en los grupos de población foránea más relevantes.

A comienzos de 2020, la población nacida en el extranjero suponía casi un 15% de la población total, cerca de 7 millones de personas (de las cuales un 28% son ciudadanos de algún estado de la UE), mientras que la población extranjera residente era del 11%. Respecto a 2019, la mayor variación positiva de cifras tuvo lugar entre la población residente nacida en el extranjero (+457.864). El saldo migratorio se sitúa en 454.232, una magnitud superior a la de la población total.

Entre los principales grupos de población inmigrada según su país de nacimiento, Marruecos (+800.000), Rumanía (casi 580.000) y Colombia (casi 500.000) son las tres principales nacionalidades extranjeras. Les siguen Ecuador, Venezuela, Reino Unido, Argentina y Perú.

El informe concluye que se acentúa la tendencia de movimientos migratorios iniciados en 2016, destacando sobremanera el crecimiento de población de Venezuela, seguida de Colombia, Marruecos y Honduras. El ideario público que en 2018 relacionaba entradas extranjeras con entradas irregulares, desde 2019 se entiende la diversidad de orígenes: más centroamericanos y caribeños por un lado, marroquí por otro; y europeo y chino, en los que destacan los perfiles de solicitantes de protección internacional. La pandemia de covid-19 ha tenido efectos claro en la reducción de llegadas migratorias por el cierre de fronteras internacionales. Las incógnitas de futuro son saber cuánto durará este cierre y cómo afectará la crisis económica derivada de la pandemia en los flujos migratorios.

Puedes leer el Informe aquí abajo, o descargarlo aquí.

La expulsión como arma contra la estancia irregular

LA EXPULSIÓN COMO ARMA CONTRA LA ESTANCIA IRREGULAR
Las personas que entran y residen en un país de forma irregular se enfrentan a una creciente vulnerabilidad, más aún ahora con la pandemia mundial. Se calcula que en España son 500.00 personas que viven en esta situación.

La expulsión, arma contra la estancia irregular. Informe SJM.Este nuevo informe del SJM (Servicio Jesuita a Migrantes) aborda lo que establece La Ley de Extranjería española sobre la situación irregular en cuanto a sanciones de multa e infracción o expulsión, poniendo el acento en las sentencias del TJUE de 2015 y 2020 para poder, así, plantear finalmente algunas reflexiones: ¿debe ser considerada la estancia irregular como una infracción grave? ¿Debe ser castigada con la expulsión? ¿Y aun con una multa? Establecemos, por último, con ayuda de las respuestas a estas preguntas, un claro posicionamiento ante esta situación.

Léelo aquí abajo, o descarga el PDF en este enlace.