Día Mundial Refugiado – Comunicado de la Mesa por la Hospitalidad

Día Mundial del Refugiado – 20.6.22
COMUNICADO DE LA MESA POR LA HOSPITALIDAD
DE LA IGLESIA DE MADRID
Al final de la entrada puedes descargar el Comunicado en PDF

Mesa por la Hospitalidad. Archidiócesis de Madrid.La Mesa por la Hospitalidad de la diócesis de Madrid, formada por la  Delegación de Pastoral de la Movilidad Humana, Cáritas Diocesana, Justicia y Paz de Madrid, Confer Madrid, la Comunidad de Sant´Egidio, SERCADE y Pueblos Unidos, quiere unir su voz a la de las entidades eclesiales y civiles que trabajan en la defensa de los derechos de todas las personas que diariamente se ven forzadas a desplazarse por el hambre, las guerras, el deterioro medioambiental, las persecuciones y otras formas de injusticia. Según un reciente informe de la ACNUR, “por primera vez desde que se tienen registros, el número de personas en situación de desplazamiento forzado superó la cifra de los 100 millones, es decir, el 1´3% del planeta”. Y lo hace para manifestar lo siguiente:

  1. La acogida a las personas refugiadas es muy importante, pero no puede reducirse a un mero acto de buena voluntad. Esa acogida implica, efectivamente, calidez, humanidad, la “compasión” (padecer-con) samaritana del evangelio. Se trata también de una acogida que se enraíza en los terrenos de la justicia, de los derechos humanos, de lo que “debemos” ofrecer más allá de nuestros sentimientos, gustos u oportunidad social y política.
  2. En este sentido, nos preocupa gravemente cómo, lejos de avanzar en el ejercicio de derechos ya reconocidos, vamos retrocediendo de una manera peligrosa en la práctica de los mismos: las dificultades para solicitar el empadronamiento, las restricciones en la atención sanitaria, la enorme tardanza en conseguir cita para solicitar el asilo, el gran número de denegaciones que se producen, etc. Son otras tantas formas de maltrato que la sociedad inflige a personas cuyo único “delito” es soñar con su derecho a un futuro mejor para ellos y para sus familias. En positivo, compartimos la tarea de todos aquellos colectivos sociales y eclesiales que apuestan por unas medidas legislativas adecuadas que regularicen la situación de tantas personas que están contribuyendo, de hecho, al enriquecimiento en todos los sentidos de nuestra sociedad. Como ya hemos manifestado en más de una ocasión, pedimos que se reconozca por derecho lo que ya es un hecho.
  3. Las diferentes administraciones, con sus respectivas competencias, tienen la tarea de garantizar el pleno desarrollo de esos derechos y de propiciar los recursos necesarios para llevarlos a la práctica. Lamentamos con mucho dolor que, con demasiada frecuencia, lejos de aunar y coordinar esfuerzos, cada administración culpa a las otras de lo que no hacen y se escudan en que tal o cual materia compete a las otras administraciones y no a ella: “unos por otros y la casa por barrer”. Abogamos por un ejercicio responsable y generoso de la política ejercida al servicio del bien común y en defensa de los más débiles. En positivo, colaboramos y colaboraremos lealmente con todas las iniciativas que favorezcan la acogida, la protección, la promoción y la integración de las personas
  4. El Papa Francisco no se cansa de urgirnos una y otra vez a construir “un nosotros cada vez más grande”. Ese “nosotros” incluye también a las sociedades y países que, aun muy distintos al nuestro, merecen que les incluyamos en el camino para ser “fratelli tutti” (todos hermanos). Lo cual implica la construcción de un nuevo orden internacional en el que nadie se vea obligado a salir de sus países y a sufrir vejaciones sin cuento -mortales muchas veces- en mares, desiertos, vallas y muros fronterizos.
  5. Recientemente, Sami Naïr, pensador francés de origen argelino, señalaba que “la llegada de millones de ucranios ha despertado una solidaridad loable. Ahora habría que universalizarla para que no se revele discriminatoria”. Y hacemos nuestra su apuesta final: Frente al auge del populismo xenófobo, es el momento de convertir el principio de hospitalidad en valor cardinal de la civilización. Los ucranios, y los demás refugiados, merecen beneficiarse de una política de asilo digna, equitativa y universal. ¡Ojalá si la bienvenida reacción de la UE frente a esta tragedia pudiera servir también para mirar de cerca el futuro del sistema de asilo!”.
  6.   Finalmente, en esta Jornada Mundial del Refugiado, queremos poner en un lugar destacado a las miles de personas y grupos que, en Madrid y en el mundo entero, se ponen de parte de los refugiados con su tiempo, su saber, su cariño, sus posibilidades materiales, su trabajo entrelazando redes y sinergias y, en fin, dando fuerza a sus palabras con la engañosa sencillez de su quehacer cotidiano. En la Iglesia de Madrid, reconocemos muchos de esos rostros, incluyendo gente que por su edad o situación personal, lo “único” que hacen es orar por los refugiados, dolerse con sus dolores y sonreír con sus avances.

En Madrid, a 20 de junio de 2022.

Comunicado en PDF (puedes descargarlo en este enlace):

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