VIEJAS MEDIDAS PARA NUEVAS REALIDADES

VIEJAS MEDIDAS PARA NUEVAS REALIDADES
Helena Maleno Garzón (bio en Wipedia)

[Artículo publicado en elDiario.es de 31.8.24]
[La Mesa por la Hospitalidad no comparte forzosamente la opinión que aquí se expone, pero la propone para la reflexión y el diálogo de todos]

La circularidad no es la salvación de nadie, sino la representación de un sistema donde el reconocimiento de derechos y la seguridad está en las manos del explotador

La visita de Pedro Sánchez a Gambia, Senegal y Mauritania se cierra con ideas rancias bien conocidas porque ya se han implementado en el devenir de la migración desde el Norte de África. Nada nuevo en la ruta migratoria Atlántica después de treinta años, solo el sostenimiento de la perenne alianza de explotación, sufrimiento y muerte.

España lleva décadas hablando y ejecutando políticas de militarización en países fronterizos. Y como parte de estas, sorprendiendo de vez en cuando con deportaciones masivas usadas como golpe de efecto y que por cierto, son un gran negocio para las empresas que invierten en el control del movimiento. En 2006 Bakary e Ismail, el primero en silla de ruedas y el segundo un adolescente, se encontraron tirados en el desierto tras ser enviados desde Canarias a Mauritania junto a otros cientos, y así en un suma y sigue desde entonces.

Los impactos de estas medidas sobre las personas se camuflan como efectos colaterales de las luchas contra las mafias. Redes criminales que siguen creciendo porque los Estados han fracasado en su labor y simplemente las retroalimentan haciéndolas cada vez más fuertes.

Al compás del terror, el viaje de Sánchez nos ha mostrado las “bondades” de las políticas de la compasión con discursos sobre rutas seguras, presentando a la migración circular como el culmen de las mismas. La circularidad no es la salvación de nadie, sino la representación de un sistema donde el reconocimiento de derechos y la seguridad está en las manos del explotador. Tal vez se debería preguntar a muchas jornaleras marroquíes cuyas vidas no han estado exentas de todo tipo de violencias durante su migración regular a los campos de fresas.

Da la sensación que cuando desde el norte global se difunden medidas no hay cuestionamiento, ni evaluación, como si fuesen verdades absolutas. Dogmas cuyo objetivo último es perpetuar un sistema para quienes se enriquecen con el sufrimiento, la explotación y la deshumanización de otras poblaciones. En El Ejido, durante la razzia del año 2000 contra las personas migrantes, se decía que éstas debían estar entre los invernaderos como los aperos de labranza, pero no visibles en las calles.

No se cuestionan los discursos ni las medidas porque nadie se escandaliza por las violaciones de derechos humanos que el control del movimiento de determinadas poblaciones está provocando, como si en estos treinta años y de forma callada un virus de inhumanidad se hubiese extendido de forma terrible.

Estas supuestas verdades difundidas en acuerdos bilaterales no dejan espacio para desarrollar planteamientos que se abren camino desde el sur global, como la necesaria lucha contra el expolio y el extractivismo. Porque las poblaciones del Sahel y el África occidental están pidiendo controlar sus recursos naturales, y plantando cara a las herramientas de control neocolonial que aún persisten. Desde el sur se preguntan también ¿quién tiene la responsabilidad del cambio climático que cada año expulsa a más personas de sus hogares? Hace unos meses defensores del territorio me mostraban la foto de una mujer que yacía con un tiro en la cabeza al lado del río, ejecutada por grupos paramilitares vinculados a empresas extractivistas. Y es que las personas en África no tienen derecho a migrar pero tampoco a no migrar.

Sánchez no solo ha recuperado las medidas de siempre, sino que ha obviado a las miles de víctimas que han provocado esas propuestas políticas y evidentemente no ha tenido tiempo de hablar con representantes de familiares de las muertas y desaparecidas. Tal vez a Moncloa deberían llegar los listados de miles de personas que se fueron y nunca volvieron elaborados por alcaldes de barrios, comunas y aldeas en Mauritania, Senegal y Gambia.

Francisco: «El Señor está con los migrantes, no con quien los rechaza»

Francisco:«EL SEÑOR ESTÁ CON LOS MIGRANTES EN EL MEDITERRÁNEO, NO CON QUIENES LES RECHAZAN»
El Papa ha pedido que las fronteras no se militaricen, sino que se abran vías legales y seguras para los migrantes y así combatir la trata.

[Tomado de Alfa y Omega 28.8.24]
TEXTO COMPLETO DEL PAPA en este enlace

Ángeles Conde Mir —

Francisco ha hecho un paréntesis este miércoles en su ciclo de catequesis sobre la acción del Espíritu Santo y ha dedicado la audiencia general a hablar sobre migración tras la lectura del libro del Éxodo.

Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado 2024. Cartel Dicasterio 01.De una manera concreta y clara, ha centrado su reflexión en el drama de las personas que se ven abocadas a atravesar mares y desiertos para buscar una vida mejor, o en palabras del Papa, «para alcanzar una tierra donde vivir en paz y seguridad». Ha explicado que en las vivencias que le cuentan los migrantes, las palabras «mar» y «desierto» se repiten con una connotación, evidentemente, muy negativa como lugares «donde han sido abandonados a su suerte».

Francisco ha recordado que el Mediterráneo, el mare Nostrum, «se ha convertido en un cementerio».«La mayor parte de estos muertos podrían haber sido salvados», ha exclamado el Papa que, con frecuencia, escucha a supervivientes o rescatadores en el Mediterráneo.

De manera muy directa, ha asegurado que «hay quien opera sistemáticamente y con todos los medios posibles para rechazar a los migrantes». «Cuando se hace esto con consciencia y responsabilidad, es un pecado grave», ha sentenciado el Pontífice.

El Papa no solo ha señalado el mar como lugar de muerte. También ha hablado de los desiertos en los que perecen de hambre y sed tantas personas. Sin ir más lejos, ha recordado a Fati y Marie, la esposa y la hija de Pato, a quien Francisco ha dado un trabajo en el Vaticano tras conocer su terrible historia. El Pontífice ha criticado que, en un tiempo en el que los drones y satélites vigilan cada rincón del planeta, no se quiera ver a estas mujeres y niños que sufren en el desierto. «Solo Dios ve y escucha su grito. Y esta es una crueldad de nuestra civilización», ha reconocido.

Dios está con los migrantes, con los que llora y espera, como hizo durante el éxodo del pueblo de Israel. Por eso, el Papa ha afirmado que «el Señor está con nuestros migrantes en el mare Nostrum, el Señor está con ellos, no con quienes los rechazan».

«Hay una cosa en la que todos podemos estar de acuerdo: En esos mares y desiertos mortales, los migrantes no tendrían que estar», ha señalado.

No a la militarización de las fronteras

También ha ofrecido su fórmula para detener las muertes en estas rutas migratorias y combatir a los traficantes de seres humanos: «No es mediante leyes más restrictivas, no es con la militarización de las fronteras, no es con las expulsiones como vamos a obtener este resultado. Lo obtendremos ampliando las vías de acceso seguras y regulares para los migrantes, facilitando el refugio para quien escapa de las guerras, las violencia, la persecución y las tragedias; lo obtendremos favoreciendo una gobernanza global de las migraciones fundada en la justicia, la fraternidad y la solidaridad. Y uniendo fuerzas para combatir la trata de seres humanos, para detener a los criminales traficantes que sin piedad explotan la desgracia de los demás».

Francisco no ha querido terminar esta particular catequesis sin invitar a pensar en los muertos en tantas tragedias en Lampedusa o aquella de Crotone en la que perecieron 94 personas en un naufragio. Por ello, ha dado las gracias a quienes, como «buenos samaritanos», salvan a estos migrantes. «Son signo de una humanidad que no se deja contagiar de la cultura de la indiferencia y del descarte», ha dicho el Papa que ha mencionado expresamente a Mediterranea Saving Humans. Esta ONG trabaja en coordinación con la Conferencia Episcopal Italiana. El pasado fin de semana, su nave rescató a más de 180 personas de una muerte segura en el mar.

Estos rescatadores están en primera línea, pero si no se puede estar en un barco salvando vidas humanas, Francisco ha invitado a rezar por estos migrantes a quienes «se quiere echar», ha concluido.

CÍRCULOS DE SILENCIO – Madrid, primeros viernes

CÍRCULO DE SILENCIO
en solidaridad con los inmigrantes
– En Callao (Madrid) de 20.30 a 21.30 –
[última actualización 28.8.24]

Porque los delegados de migraciones de la Iglesia española acordaron que lo celebraran, en una u otra forma, todas las diócesis (más explicación y materiales en esta entrada).

Porque se está atentando contra la dignidad de las personas migrantes.
Porque sigue habiendo muertes injustas, fronteras fortaleza.
Porque los medios de comunicación y nuestros políticos manipulan el significado de nuestro vocabulario y de muchas conciencias.
¡Seguiremos denunciando toda ley y acto contra las personas migrantes!

¿Qué son los Círculos de Silencio?

  • Una acción NO VIOLENTA en solidaridad con las personas inmigrantes y de reivindicación de los derechos de todas las personas. Defendemos la noviolencia como el camino a seguir y a descubrir, que ponga siempre la conciencia por encima de la ley.
  • En Madrid se celebran desde 2011.
  • Información detallada en la web de Círculos de Silencio.



Obispos de Canarias: LUZ DE ESPERANZA PARA LOS MENORES MIGRANTES

Nota de los Obispos de Canarias
«UNA LUZ DE ESPERANZA PARA LOS MENORES MIGRANTES»

[NOTA. Migraciones y Movilidad humana de la CEE se suma a esta nota]

1 de Julio 2024

El pasado 8 de octubre del 2023, los obispos de las dos Diócesis de las Islas Canarias nos dirigíamos al Pueblo de Dios para mostrar nuestra preocupación por la realidad migratoria que están experimentando las islas, exhortar a las comunidades cristianas a promover la cultura de hospitalidad y expresar su disposición a colaborar en la búsqueda de soluciones.

También apelábamos al resto de comunidades autónomas a la apertura y a la solidaridad interterritorial para afrontar la contingencia humanitaria especialmente en relación con menores y jóvenes migrantes no acompañados, que es un deber ante las leyes españolas e internacionales, así como un bien moral para todo católico.

Nota de los Obispos de Canarias. «UNA LUZ DE ESPERANZA PARA LOS MENORES MIGRANTES». Foto EFE.

Una vez más, en fidelidad con el Evangelio queremos exponer lo siguiente:

– Rechazamos la instrumentalización ideológica y los discursos alarmistas que puedan tener lugar en torno a menores migrantes o al complejo fenómeno de las migraciones.

– Recordamos que el repunte migratorio responde a un contexto internacional de falta de seguridad y futuro en dignidad en muchos países condicionados por los desequilibrios del comercio internacional; guerras inducidas en países para controlar riquezas mineras; gobernantes que no procuran el bienestar de sus pueblos, con la complacencia de gobiernos y empresas multinacionales; el lucro en torno al comercio de armas y el negocio del tráfico de personas. Sin condiciones de vida, trabajo, dignidad para las poblaciones de los países emisores no será fácil reducir los flujos migratorios. Muchos de estos hermanos nuestros no iniciarían un viaje tan incierto y peligroso si en sus pueblos y países se vivieran situaciones más justas y si España y Europa promovieran más eficazmente vías para una migración legal, ordenada y segura.

No podemos olvidar que las aportaciones que hacen las personas migrantes a nuestra sociedad son notables. Hacemos una llamada a todos para crear la cultura del encuentro, superar la fobia al extranjero, luchar contra las mafias y favorecer el desarrollo de los países de origen. Como afirma la Encíclica Fratelli Tutti [FT]. Se trata de realidades globales que requieren acciones globales, evitando una “cultura de los muros” que favorece la proliferación de mafias, alimentadas por el miedo y la soledad (FT 27-28).

– Somos conscientes del esfuerzo extraordinario de gobernantes y de la sociedad canaria, pero a su vez, observamos que los centros de acogida vuelven a estar saturados y la insuficiencia de infraestructuras dificulta una acogida digna y acorde con los derechos humanos de las y los menores no acompañados.

– Mostramos nuestra alegría ante la noticia de que nuestros gobernantes y la mayoría de nuestros políticos han abierto un camino de esperanza para ayudar al pueblo de Canarias a dar solución a esta realidad.

– Alentamos al diálogo y las iniciativas promovidas entre diferentes administraciones públicas para materializar la solidaridad interterritorial e invitamos a todos los gobiernos autonómicos a seguir abriendo caminos que favorezcan modelos de acogida integral destinados a promover la capacitación laboral y la integración de estos jóvenes.

Concluimos invitando a toda la sociedad a escuchar las palabras que el Papa Francisco nos dirigió en su carta del 20 de noviembre del 2023: ¡Gracias por abrir las puertas del corazón a los que sufren! Asimismo, al afrontar estos desafíos, que comprendo no son nada fáciles, les pido que no se desanimen y que sigan construyendo redes de amor y faros de esperanza que iluminen las sendas de una nueva humanidad.

Nos encomendamos a la Virgen María, a la que todos veneramos con gran devoción -con distintas advocaciones- en cada una de nuestras islas para confiarle las esperanzas de todos los menores migrantes y refugiados, y pedir su intercesión por quienes murieron en el océano, para que gocen ya del amor eterno de Dios. Que quienes huyen de sus países encuentren en nosotros un testimonio de esperanza y solidaridad.

† José Mazuelos Pérez, obispo Canariense
† Bernardo Álvarez Afonso, Obispo Nivariense
† Cristóbal Deniz Hernández, Obispo Auxiliar de Canarias

Intención del Papa: «Por los que huyen de su país»

Intención de Oración del Papa Francisco – junio 2024
«POR LOS QUE HUYEN DE SU PAÍS»

«Queridos hermanos y hermanas quisiera que en este mes oremos por los que huyen de su país.
Al drama que viven las personas forzadas a abandonar su tierra huyendo de guerras o de la pobreza, se une muchas veces el sentimiento de desarraigo, de no saber a dónde se pertenece.
Además, en algunos países de llegada, los migrantes son vistos con alarma, con miedo.
Aparece entonces el fantasma de los muros: muros en la tierra que separan a las familias y muros en el corazón.
Los cristianos no podemos compartir esta mentalidad. El que acoge a un migrante, acoge a Cristo.
Debemos promover una cultura social y política que proteja los derechos y la dignidad del migrante. Y que los promueva en sus posibilidades de desarrollo. Y que los integre.
A un migrante hay que acompañarlo, promoverlo e integrarlo.
Oremos para que los migrantes que huyen de las guerras o del hambre, obligados a viajes llenos de peligro y violencia, encuentren aceptación y nuevas oportunidades en la vida».